Suele ocurrir a veces que los padres comentan que los niños en el cole hacen determinadas cosas que en casa no hacen. La lista puede ser larga pero valgan como ejemplos los siguientes: “en el cole come fruta y en casa no”; “en el cole recoge y en casa deja todo tirado”; “en el cole se está quieto y en casa no hay quien le pare” etc. En los padres puede generar desconcierto, frustración o sentimiento de que el niño les toma el pelo, están perdiendo autoridad o no se hacen con la criatura. Se pueden sentir culpables y pensar que están haciendo algo mal.
Si no hay otros indicadores de alarma, la cosa probablemente no sea grave. Si nos ponemos a pensar en nosotros mismos, no será difícil llegar a la conclusión de que los adultos también nos comportamos de forma diferente en casa y en el trabajo. Por ejemplo, a nuestra pareja le hablamos de manera diferente a como hablaríamos a un compañero; un alimento que no nos agrada y en casa no cocinamos nos lo comeremos sin dudar si es nuestro jefe quien nos invita a comer.
Sé que muchas veces es frustrante sentir que con un desconocido se portan aparentemente mejor que con sus propios padres y además suele ser frecuente tener que escuchar opiniones ajenas sobre por qué ocurre eso (“se te está yendo de las manos”, “le faltan límites”, “si eso lo hace con 3 qué hará con 13” etc.) Sin embargo, y aunque parezca algo paradójico, hay que tomárselo como una buena señal pues constituye un indicador de que entre el hijo y los padres existe un buen vínculo. Cuando un niño se siente seguro e incondicionalmente amado, sabe que puede “relajarse”, mostrarse tal y como es o remolonear ante algo que no le apetece (como hacemos casi todos). En el cole, el temor a perder el afecto de la profe o a ser castigado, hace que sienta que tiene que “dar la talla” y portarse bien. Es un signo de que el niño diferencia entre su papá y su mamá y el resto de los adultos: manifiesta confianza en sus papás porque sabe que le amarán siempre, se porte bien o mal, cosa que no ocurre con la profe. Este vínculo y esta relación de apego con los padres constituye el cimiento de una personalidad sana y equilibrada y es muy importante para el desarrollo de su autoestima y la confianza en sí mismo.
En cuanto a cómo hacer para que en casa también coma fruta, recoja sus cosas y no haga trastadas es necesario darle tiempo para madurar y tener paciencia. También pueden ser útiles algunas estrategias prácticas para lograr su colaboración sin más desgastes de los necesarios. Pero de eso hablaremos otro día.
Me resulta interesante la comparación que haces de la distinta conducta que tenemos los adultos fuera y dentro de nuestra casa para entender mejor a nuestros hijos. La verdad es que hay veces que siento que a los niños les sobrecargamos con exigencias que los adultos ni de cerca cumplimos...
ResponderEliminarUn beso y espero con ansiedad las pautas que sugieres al final del post. Sigue escribiendo, que aquí siempre hay más mirones que escribanos. Besos
Carolina
Mi hija en el cole es muy buenecita, siempre hace lo que le dice la profe etc. y en casa su palabra favorita es NO (y ¡qué aburrimiento!). La verdad es que me pone de los nervios porque realmente pienso que la profe lo sabe hacer bien y yo no. Me ha servido tu post para reflexionar sobre si a mi hija le puede pasar eso que dices, que conmigo se siente libre para ser como ella es y en el cole tiene que "hacerse valer".
ResponderEliminarGracias, Belén