A punto como estoy de dar a luz a mi tercer hijo
llevo unos días adentrándome más intensamente en el misterio de la
vida y la maternidad; en intentar comprender qué es eso de ser
madre; en tratar de reconciliar mi yo hija con mi yo madre; mi yo
niña, con sus rasguños y cicatrices, con mi yo adulta, de quien se
espera que sea sostenedora y nutridora de tres criaturas. Cada
hijo me sobrecoge más que el anterior y me hace asomarme a una
realidad insondable que no puedo abarcar. Ese ser para el
otro que depende de nosotros pero no es nuestro; ese ir dando la vida
poco a poco; ese desgastarse en el acompañamiento diario con todas
sus mieles y sinsabores; ese sembrar-confiar-esperar... Como dice Dolores Gª Guzmán, ese
"multivivir" del que no podemos escapar ya nunca.
En medio de este carrusel de emociones traigo a mis manos y a mi vida el conocido texto de Kahlil Gibran, El Profeta,
sobre los hijos:
Tus hijos no son tus hijos.
Son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos
son lanzados como flechas vivas .
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
"EL PROFETA"
Kahlil Gibran
Qué emoción y qué ilusión!!
ResponderEliminar¡Así es! Emoción, ilusión y también, por qué no, vértigo...
EliminarPero qué vértigo más maravilloso....
EliminarConocía el poema. Me encanta este autor. Hace mucho que lo leí pero me sigue emocionando de la misma manera. Porque es tan cierto...
ResponderEliminarGracias por compartir tus sentimientos, espero que vaya todo muy bien, que seguro que sí;como se suele decir, que sea una hora corta, y te perdonaremos la ausencia, jaja. Un beso fuerte.
Elena
Gracias por tu comentario, Elena, y por tus buenos deseos. La verdad es que, a medida que pasan los años y los hijos, más me impone la maternidad... Más me cuestiono si soy capaz de ser la madre que cada uno de ellos necesita. En cualquier caso, lo que soy para ellos, es todo lo que puedo ser. Otro beso de vuelta,
EliminarBeatriz
Cómo me ha gustado tu gran sinceridad sobre la maternidad...Precisamente hemos escrito ésto entre varias madres...las que hemos padecido roturas...A lo mejor te gusta...Gracias Beatriz
ResponderEliminarhttp://hongmihijo.blogspot.com.es/
Mei,
EliminarGracias por compartirme este pedacito de tu vida a través de tu blog... yo creo que todas las madres nos rompemos, nos redescubrimos y nos reconstruimos. Lo visitaré.
Un beso,
Beatriz