sábado, 26 de noviembre de 2011

REGRESIONES

Recibo muchas consultas sobre el tema de las regresiones.  Hacerse pipí de nuevo cuando se llevaba un buen tiempo controlando esfínteres, pedir biberón cuando hace años que lo dejó, gatear cuando ya hace meses que andaba, pedir que le vistan o le den de comer cuando es más que autónomo, hablar con lengua de trapo cuando siempre ha hablado bien clarito, jugar un día sí y otro también a ser un bebé...  Hay un sinfín de situaciones que pueden darse y ser consideradas como una regresión y en la mayoría de los casos los padres se muestran desorientados e irritados.

Para poder manejar con éxito las regresiones y que éstas constituyan un episodio lo más llevadero y fugaz posible, es necesario entender por qué se producen.  El camino a la madurez viene siendo como una carretera que hay que pavimentar.  Hay que poner arena, grava, alquitrán...  El desarrollo de nuestros hijos en estos primeros años de vida es tan vertiginoso que a menudo en el pavimento quedan agujeros, vacíos.  Estos agujeros, si no se rellenan, seguirán estando a medida que los niños crecen y antes o después, darán problemas.  Hay que pensar que, igual que un agujero en la carretera puede provocar accidentes y que el tiempo no lo hace desaparecer sino que con el desgaste del tránsito cada vez será más grande y peligroso, sucede igual con aquellas lagunas que sus hijos se han dejado en su rápido crecimiento.  Las regresiones vienen siendo, entonces, la manera en la que nuestros hijos rellenan los huecos que han quedado en ese hacerse mayores.  Todos conocemos adultos que, de pronto, tienen conductas totalmente infantiles e inmaduras.  Algo hay por ahí que no se vivió plenamente en su momento y por eso aparece ahora.  Sin duda es preferible que un niño de 4 años se comporte unos días como un bebé a que lo haga un adulto de 40.

¿Cómo actuar ante las regresiones?  Primero, permitidme que diga lo que, en mi opinión, NO se debe hacer:

NO ridiculizar al niño.  Nosotros nos damos cuenta de que es "un paso atrás" pero él no.  Él simplemente expresa algo que necesita; no sabe por qué lo necesita ni es consciente de haber superado una etapa, sencillamente siente la necesidad de hacer algo.  Expresiones del tipo "¡con lo mayor que eres y vas a tomar biberón!", "¡estás hablando como un bebé, te voy a poner un pañal para que seas un bebé de verdad!" etc., lejos de ayudar, le hacen sentir mal y puede acentuar o cronificar el episodio.

NO hacerle sentir añoranza de lo maravilloso que era ser un bebé.  Algunos padres aprovechan para expresar lo felices que eran cuando era un bebé y lo tenían todo el día en brazos y le daban biberón y le cambiaban el pañal...; también hablan con él en un lenguaje infantilizado o les cuesta aceptar que su hijo está creciendo.  Esto puede hacerle extrañar un paraíso perdido e instalarse en una suerte de síndrome de Peter Pan en el que no le sea fácil madurar y hacerse mayor.



Expongo a continuación algunas ideas para manejar las regresiones de una manera positiva:

Entender por qué ocurren.  Como hemos explicado antes, hacernos conscientes de que, lejos de estar "haciendo el tonto", nuestros hijos están pavimentando bien su madurez y están utilizando estrategias, de manera espontánea, que les permitan crecer sin lagunas.

Desdramatizar. No es el fin del mundo que vuelva a tomar biberón por unos días.

Mostrar naturalidad.  Ni echarnos las manos a la cabeza ni tratarlo como a un bebé de verdad.  Actuar con la misma naturalidad con la que lo haríamos si eso ocurriera en una etapa anterior de su vida; hacer "la vista gorda".  Cuanto más benevolente seamos con la regresión, antes desaparecerá.

Si la regresión dura muchos días, hablar con él.  Tal vez si expresa que necesita ser un bebé de nuevo, le ayudemos a superar el episodio.  "Veo que llevas muchos días jugando a que eres un bebé... ¿es que te gustaría ser un bebé?"  "¿Qué cosas te gustan de los bebés?"  Y dejarlo hablar sin censurarlo ni apresurarnos a decir las ventajas que tiene ser mayor.  Sólo necesita desahogarse y sentirse comprendido; él en realidad desea crecer y hacerse mayor pero hay momentos en los que precisa experimentar que mamá y papá le quieren exactamente igual que cuando era bebé.

Dedicarle más tiempo, jugar más con él.  Muchas veces, el extra de atención y cariño hacen que supere el episodio rápidamente.

Cuando "regrese al futuro", es decir, cuando cese la conducta regresiva, hacerle ver lo mayor que es, con efusividad pero sin pasarse para que no se sienta inhibido si en otro momento necesita hacer otra regresión: "¡uy, mi niño... que estos días atrás querías biberón y ahora quieres taza de mayor otra vez!  Muy bien, aquí está tu taza".  En caso de duda, es preferible no decir nada y volver a aceptar la nueva situación con naturalidad.

Con sutileza, hablar de las ventajas de ser mayor.  Esto ya no tiene que ver directamente con la regresión, sino con ayudarle a entender que crecer significa dejar atrás unas cosas para conquistar otras, lo que asusta y atrae al mismo tiempo, pero que forma parte de la vida.  Ello será, sin duda, una valiosa ayuda para madurar.

Por último, sólo señalar que cuando un episodio regresivo se cronifica o empeora cada vez más, es posible que sea síntoma de algún desajuste y que, en ese caso, haya que pedir ayuda especializada.  Pero eso será sólo en algunos casos muy remotos.  Para los demás, espero haber ofrecido pistas para el abordaje satisfactorio de las regresiones.

12 comentarios:

  1. En los casos que conozco lo primero que hacen los padres es enfadarse! Es fatal, pero cuando ya se han conseguido ciertos logros, se hace durillo volver atrás. Gracias por todas tus ideas para seguir adelante en estos casos... se acaba pasando! Laura

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  2. Hola Laura:

    Gracias por tu comentario. Coincido en lo que dices: a menudo los padres reaccionamos enfadándonos, dejándonos llevar por impulsos muy emocionales y muy poco racionales y perdiendo la perspectiva; como tú dices, sabemos que es algo que acaba pasando pero no podemos remediarlo, nos irrita sobremanera. Debemos recordar que la madurez viene después de dos pasos adelante y uno hacia atrás y que con una actitud adulta y madura es como mejor podemos ayudar a nuestro hijo a madurar.

    Un saludo,
    Beatriz

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  3. Beatriz, aunque no tiene relación con este post, me gustaría saber qué piensas de una cuestión que me preocupa en estos momentos: he pensado apuntar a mi hijo mayor (8 años) a baloncesto en las extraescolares del cole, pero a él no le atrae este deporte y preferiría aprender a patinar sobre hielo. Aparte de la cuestión económica (el patinaje es más caro) y la logística (me resulta más complejo llevarle a patinar), la pregunta es: ¿debo dejarle decidir o decidimos los padres o lo pactamos de alguna manera?. Te animo a escribir una entrada sobre esta cuestión cuando puedas. Mil gracias, Estíbaliz.

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  4. Hola Estíbaliz:

    Es un poco difícil contestar a la cuestión que planteas desde la distancia, pero voy a intentarlo. Yo creo que las actividades extraescolares deben complementar la formación que nuestros hijos reciben en el colegio. Desde ese punto de vista, el deporte creo que es una excelente opción puesto que les ayuda a desarrollar muchas facetas de su persona. Bajo mi punto de vista, los niños pasan muchas horas en el cole y por tanto considero importante que aquellas actividades extraescolares que realicen sean de su agrado.

    Dicho lo cual, creo que es necesario encontrar un equilibrio entre lo que resulta familiarmente posible (desde el punto de vista logístico y económico) y lo que le gusta al chico. Yo haría un listado de aquellas actividades que consideráis viables y de entre ellas, que elija. También tendría en cuenta cuál es su posición respecto al baloncesto: no es lo mismo que prefiera hacer otra cosa pero el baloncesto no le disguste a que el baloncesto le resulte odioso y vaya a pasarlo mal en clase. Creo que una buena opción es llegar a acuerdos, por ejemplo: apuntarle a baloncesto durante X tiempo “de prueba”, a ver cómo se siente realizando la actividad (1, 2, 3 meses..., lo que consideres); apuntarlo a baloncesto y pactar con él que los sábados (o un sábado al mes o lo que sea) vais a patinar sobre hielo; investigar otras alternativas a medio camino como patinar en línea etc.

    En resumen, creo que es bueno llegar a un punto de equilibrio entre lo familiarmente posible y lo que a tu hijo le resulta apetecible teniendo en cuenta que se trata de un tiempo de ocio y que por ello debe de ser agradable para el niño.

    Espero haberte ayudado. Tomo nota para incluirlo en la lista de futuros posts.

    Un saludo,
    Beatriz

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  5. Hola tengo un niño de 6 y acabo de tener un bebé y ahora dice que no lo quiero y hace muchas rabietas, que solo quiero a su hermanita, que él sufre mucho y que se quiere morir, y ya no sé que hacer, por más que habló con él no logro nada y ahora sé hace pipi y popo en los calzones, oriéntame porfavor.

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  6. Hola Anónimo,
    Lo primero de todo, felicidades por tu nueva maternidad. Disfruta de este momento tan maravilloso de la vida.

    Lo segundo, decirte que, hasta cierto punto, los celos son normales. Tu hijo ha estado disfrutando de tu cariño de manera exclusiva y ahora tiene que compartirte con su hermana. Tú sabes que le sigues queriendo igual que antes y que en tu corazón hay amor para todos pero él sólo siente que ya no le dedicas tanto tiempo como antes y que hay otro pequeño ser que se lleva parte de tus atenciones y mimos. Y eso no es fácil de encajar a los 6 años.

    Creo que una de las mejores cosas es que él es capaz de expresar su dolor, lo cual significa que identifica sus sentimientos y que tiene confianza contigo. Es importante que hables con él pero sobre todo, es importante que le escuches, que empatices con él (que te pongas en su lugar) y que él sienta que le comprendes. Cuando tenemos un sentimiento difícil de manejar -como pueden ser los celos- y nos sentimos comprendidos, experimentamos alivio y las emociones se pueden gestionar mejor.

    Te sugeriría lo siguiente:

    1.- Dile que le comprendes, que debe de ser difícil tener una hermana y tener que compartir con ella el amor y el tiempo de mamá.
    2.- No le regañes por hacerse sus necesidades encima. Dile que el pipí y el popó en los calzones son una manera que tiene el cuerpo de decir que lo está pasando mal por la llegada de la bebé y que estás segura de que pronto será capaz de volver a hacerlo en su sitio.
    3.- Invítale a hablar sobre su hermana y sus sentimientos hacia ella. No le repruebes, no le censures... incluso cuando diga que no la quiere o que no te quiere a ti. Limítate a escuchar y a decirle que le comprendes. Recuerda que todo lo que se expresa verbalmente no es necesario expresarlo de otra forma (a través del pipí y el popó).
    4.- Dedícale tiempo en exclusiva a él y haz con él algo especial que le guste y que sólo pueden hacer los "grandes": salir al parque, tomar un helado etc.
    5.- Dale tiempo.

    Espero que estas ideas puedan ser de utilidad. Mucho ánimo y suerte,

    Beatriz

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  7. Hola Beatriz!! ojala puedas ayudarme con mi situacion, tengo una niña de 4 años recien cumplidos y un niño de 1 año 10 meses, mi hija la vd es que siempre ha sido muy madura para su edad, muy simpatica y muy sociable, pense que al nacer mi hijo se pondria celosa y cambiaria, pero no! al contrario! yo estaba feliz por eso, pero de unos 15 dias para aca ha estado super rebelde, le hablo y parece que no escucha, le doy una orden sencilla y no la acata, todos los dias se levanta de la cama y viene a acostarse a nuestro cuarto, toma mucho mas biberon del habitual (porque eso si, dejo el pañal completamente no lo usa ni de noche desde que cumplio 2 años, pero el bibi aun toma) y solo quiere estar pegada a mi, yo me desespero porque no estoy acostumbrada a que ella sea asi, eso lo espero mas de su hermano que siempre ha sido mas lloron y mas dependiente, ya no se que hacer porque a veces es vd que la reprendemos fuertemente a pesar de que eso no mejora la situacion!! me podrias aconsejar?? gracias y saludos!! Ana

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    1. Hola Ana,

      ¿Ha habido algún cambio reseñable en este tiempo? Mudanza, vacaciones, cambio de cuidadora, presencia de algún otro familiar etc. A veces en circunstancias diferentes los niños se sienten inseguros y reaccionan de esta manera que relatas.

      En cualquier caso, cuando los niños demandan atención, mimos etc. es porque lo necesitan. Quizá hubiera sido más esperable esta reacción cuando nació el bebé pero en cualquier caso, hay que atenderlo. Posiblemente reprenderla no sólo no mejore las cosas sino que las empeore... ¡Intentad evitarlo!

      Yo sería partidaria de hablar con ella de sus sentimientos, decirle cosas como "no debe de ser fácil tener un hermano", "a veces a tu hermanito lo quieres mucho pero otras veces seguramente te gustaría que no estuviera", "supongo que tú también necesitas mimos de mamá" etc. Si se quiere meter en tu cama, déjala. Si necesita estar en tus brazos, tómala. Si demanda más bibi, dáselo. Está buscando la seguridad de tu afecto y si no la encuentra, su comportamiento (contigo, con su hermano) puede empeorar. Sé comprensiva con ella (sé que es la mayor pero con 4 años es realmente pequeña para manejar adecuadamente sus emociones). Una vez vuelva a tener seguridad en tu amor irá mejorando. Y no te preocupes porque pueda coger malos hábitos: te aseguro que con 15 años no querrá ni meterse en tu cama, ni que le des la mano por la calle ni tomar biberón.

      ¡Mucho ánimo y paciencia! Un saludo,
      Beatriz

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  8. Hola Beatriz realmente los consejos que acabo de leer los implementaré con mi hija de 3 años, mi caso es contrario, tengo un hijo de 14 meses y he observado que ella está un poco celosa, mi esposo y yo le dedicamos tiempo a ambos, pero ella no deja de pelear con él, no comparte los juguetes y dice que todos son de ella, y ya lleva 4 días haciendose popo y pipi en los calzones, puedo hacerlo lo mismo con mi hija o por la edad la estrategia sería otra?

    Quedo en espera de sus aportes

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    1. Hola Anónimo,

      La estrategia es siempre la misma: comprensión, empatía, tiempo, mimos, paciencia...

      En el caso de tu hija, está en una edad de autoafirmación en la que es realmente complicado manejar los sentimientos que le produce tener un hermano que, por otra parte, está en una edad deliciosa (soltándose a andar, diciendo sus primeras palabras etc.). Como decía en el comentario anterior, pon en su boca lo que ella puede estar sintiendo: "debe de ser difícil tener un hermano", "a mí también me cuesta compartir mis cosas", "supongo que a veces te gustaría que tu hermanito no estuviera" etc.

      Con respecto a los juguetes, no entres en discusión con ella acerca de si son suyos o no. El hecho de decir que son suyos, le da seguridad. Respeta cuando no los quiera compartir (sólo los podrá compartir con verdadera libertad una vez haya experimentado que las cosas son suyas) y réstale importancia.

      En cuanto al pipí y el popó, te pego lo que comentaba un poco más arriba:

      1.- Dile que le comprendes, que debe de ser difícil tener un hermano y tener que compartir con él el amor y el tiempo de mamá.
      2.- No le regañes por hacerse sus necesidades encima. Dile que el pipí y el popó son una manera que tiene el cuerpo de decir que lo está pasando mal el bebé y que estás segura de que pronto será capaz de volver a hacerlo en su sitio.
      3.- Invítale a hablar sobre su hermano y sus sentimientos hacia el. No le repruebes, no le censures... incluso cuando diga que no le quiere o que no te quiere a ti. Limítate a escuchar y a decirle que le comprendes. Recuerda que todo lo que se expresa verbalmente no es necesario expresarlo de otra forma (a través del pipí y el popó).
      4.- Dedícale tiempo en exclusiva a ella y haz con él algo especial que le guste y que sólo pueden hacer los "grandes": salir al parque, tomar un helado etc.
      5.- Dale tiempo.

      Ánimo y paciencia. Un saludo,
      Beatriz

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  9. Hola Beatriz, dejo aqui mi testimonio para saber tu opinion y tambien ayudar a alguien mas que pueda estar viviendo lo mismo. Tuve a mi segundo hijo hace poco tiempo, y mi hija de casi 2 años ha tenido en mi opinion un gran retroceso con la llegad del bebe. Muchos me dicen que se me ha juntado una edad dificil en los niños (los 2 años) y este enorme cambio.
    Mi hija ha vuelto a mamar como un bebe cada 1 o 2 horas, inclusive mama mas que mi hijo recien nacido. No habia dejado la teta antes del parto, pero la pedia una o dos veces como mucho y hoy es casi todo el dia. Al principio si me negaba gritaba y lloraba, andaba mal genio todo el dia. A esto se suma que esta de muy mal caracter y llora por todo, dejando de hablar para pedir las cosas.Ha vuelto a despertar en la noche tambien. Debo reconocer que dentro de mi ignorancia, cuando vi todos estos cambios reaccione mal, muy mal, retando a mi hija con gritos (algo que nunca antes habia hecho) sintiendo hasta rechazo por ella, ya que sentia que me absorvia, que me devoraba con su actitud

    Hoy en dia y haciendo un gran esfuerzo le doy teta cada vez que pide y por el tiempo que lo requiera, aunque hay horarios como la noche en que le doy menos ya que llego muy agotada. Junto con eso hemos retomado nuestra rutina de ir al parque. He notado cambios, ya casi no llora y las pataletas pasan rapido, notoriamente esta mas tranquila.

    Lo que me preocupa es que esto dure meses...o casi un año. No se si es posible, pero no creo que pueda aguantar tanto. Cual es el tiempo que duran estas regresiones o no hay tiempo ?

    Gracias

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  10. ¿Un niño de 14 años puede tener una regresión y portarse como bebe?

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