lunes, 15 de octubre de 2012

¡FUERA ETIQUETAS!

 Mi muy apreciada Rosina Uriarte, en su blog Estimulación Temprana y Desarrollo Infantil, nos ofrece esta interesante entrada, en consonancia con nuestra última publicación sobre el TDAH.  Gracias, Rosina, por dejarnos compartirlo.
Cada día más y más niños están recibiendo un diagnóstico que en la mayoría de los casos, le acompañará toda la vida.
Porque quienes ponen los diagnósticos a nuestros hijos nos advierten de que estos "nombres" hacen referencia a trastornos "crónicos".
Muchas veces ocurre que un niño obtiene varios diagnósticos. Que los diagnósticos se solapan y comparten síntomas. Ocurre también que dependiendo del profesional que evalúa al niño, éste puede salir de la consulta con unas siglas u otras (TDA-H, TEA, TGD, TEL ...). Los diagnósticos no excluyen síntomas de otros diagnósticos y se aplica el mismo a niños muy diferentes unos de otros.
El diagnóstico al fin y al cabo no tiene tanta relevancia. Porque sólo nos habla del síntoma más evidente en un niño con dificultades.

Por esto debemos darle al diagnóstico sólo la importancia que tiene: de cara a saber cómos solucionar el problema. Lo que ocurre es que muchas veces el diagnóstico nos lleva a la medicación y poco más (especialmente en el caso del TDA-H). No nos lleva a la solución real de lo que nos preocupa.

Las madres y padres conocemos bien a los niños, sabemos por lo que están pasando, independientemente del nombre que le pongan los profesionales. Pero necesitamos conocer bien el problema desde el punto de vista del desarrollo del niño para saber cómo trabajarlo.

Cuando los profesionales nos dicen que los trastornos son crónicos, en realidad lo que quieren decir es que "ellos" NO tienen la solución al trastorno. 
Sin embargo, los profesionales expertos en desarrollo infantil que trabajan con nuestros hijos buscando la solución al problema, no colocan siglas ni ponen nombres. Se centran en conocer bien el trastorno para saber cómo atajarlo en la medida en que sea posible.
La vía del diagnóstico y las etiquetas nos lleva a la "cronicidad" y a la medicación que "tapa" síntomas mientras dura su efecto (sin mencionar los posibles efectos secundarios negativos).

Lo que realmente nos interesa es solucionar los problemas de forma definitiva. Sin nombres. Sin catalogar a nuestros hijos. Viéndoles como los niños y los jóvenes que son, luchando siempre a su lado por lograr su felicidad y la nuestra.
Rosina Uriarte

6 comentarios:

  1. Hola Beatriz

    Excelente propuesta! Estoy totalmente de acuerdo contigo, a trabajar para que se deje de etiquetar a los niños y que en vez de eso se les comprenda, acompañe y ayude a superar : )

    Desde México un gran abrazo.

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    1. Gracias por tu comentario, Mónica. Las etiquetas poco ayudan; lo que ayuda es buscar la causa de las dificultades y trabajar para superarlas.

      Un apapachote,

      Beatriz

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  2. Beatriz! Gracias por difundir mi entrada. Me alegra mucho saber que somos muchos los que estamos de acuerdo.
    Un abrazo,
    Rosina

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    1. Rosina... Por tantas y tantas cosas, GRACIAS a ti.
      Un beso,
      Beatriz

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  3. Me encanta el blog! Me ayuda a reflexionar, romper la rutina y dar un enfoque mas fresco para aprovechar todo ese tiempo que dedico a mis pequeñitos!!!
    Espero que haya mas debates para poder unirme a ellos.
    Mil gracias Bea.

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    1. Hola Carmen,

      Muchas gracias por tu comentario! Encantada de verte por aquí; me alegra que te guste el blog y que te pueda servir en la crianza de tus peques. Seguro que habrá más debates a los que te puedas unir; si quieres, puedes suscribirte para recibir cada entrada en tu correo electrónico.

      Os deseo unas muy felices fiestas. Un abrazo y un beso grande para tus dos bombones,
      Beatriz

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